La escritura (manuscrita) exige diversas habilidades como visio-espaciales, motricidad fina y coordinación ojo-mano.
Muchos de los niñ@s que presentan dificultades de aprendizaje presentan problemas en las áreas anteriormente citadas, lo que provoca que el trazo final sea de “poca calidad” e incluso que en ocasiones sea ilegible.
Cuando los niños son pequeños y están empezando es recomendable seguir una serie de estrategias que ayuden a mejorar el trazo, pero cuando ya se encuentran en el segundo ciclo de primaria, más o menos, estas estrategias no sirven, puesto que cabe la posibilidad que exista un problema motor de base.
Es en este momento donde debemos utilizar las estrategias autorreguladoras, en esta ocasión, como hemos mencionado al principio de esta entrada ponemos especial hincapié en las autoinstrucciones.
Las autoinstrucciones para mejorar la caligrafía, guían la ejecución y ayudan a los peques para que puedan autoevaluar sus resultados, haciéndole consciente antes, durante o después de la tarea y partícipe de su propio aprendizaje.
¿Cómo lo utilizamos las autoinstrucciones para mejorar la caligrafía?
Un ejemplo sería hacernos preguntas como las siguientes:
¿Están las letras encima de la línea?
¿Están las letras muy juntas?
¿Hay unas letras más grandes que otras?
¿Hay separación entre palabra y palabra?
¿He dejado suficiente margen tanto por la derecha como por la izquierda?
¿Hay borrones? Borro bien cuando me equivoco.
¿Puede verse bien lo que pone?
¿Podrá entenderlo quien lo lea?
La letra mejora de forma progresiva a medida que el mismo niño o niña va haciéndose cada vez más consciente de ella. Es importante entender que requiere un entrenamiento persistente.