Soy la agenda de mis hijos. Hoy os vamos a invitar a hacer una reflexión sobre una situación cotidiana que puede que os resulte muy familiar.
Seguro que la primera vez que ocurrió este suceso pensaste que era maravilloso que la tecnología avanzara tanto y fuera la solución de nuestros problemas cotidianos. Pero esta situación tan maravillosa a provocado que ese día fuera el comienzo de una larga lista de mensajes a partir de las 5 de la tarde con listados infinitos de actividades, ejercicios, fotos de los libros, de fichas… Soy la agenda de mis hijos
– ¿Mamá, se me ha olvidado la agenda en clase,¿puedes preguntar qué ejercicios tengo que hacer para mañana?
– ¿Papá, no tengo el libro, seguro que está debajo de mi mesa,¿puedes preguntar qué ejercicios son y que envíen una foto?
La respuesta a estas dos “situaciones” es la misma:
– Ahora mismo se lo pregunto a los demás padres/madres.
Y en 2 minutos vuestros hijos tienen el problema solucionado sin tener ningún tipo de consecuencias.
Ahora, pensad por un momento en vuestra etapa de alumnos cuando por error, despiste, etc., se te olvidaba apuntar los deberes, la agenda o el libro en clase. Sentías una angustia por el fallo cometido que más tarde se convertiría en el toque de atención para coger todo lo necesario para realizar los deberes en casa.
La mañana siguiente, cuando llegabas a clase y no habías realizado las actividades porque se te había olvidado el libro en la mesa, te servia como experiencia para aprender a organizar la mochila y revisar todo el material que hay dentro con tal de no dejarte nada en clase y poder llevar al día siguiente las tareas hechas y cumplir con tu trabajo (se estaba forjando tu responsabilidad).
Claro que vamos a estar a su lado siempre siempre que lo necesiten, y vamos a prestarle nuestra ayuda desinteresada porque ellos son lo más grande, pero ¿qué estamos consiguiendo con este exceso de ayuda?
– No hij@. Un error lo tiene cualquier persona pero esta situación se está haciendo habitual. No es MI RESPONSABILIDAD que se te hayan olvidado los deberes, ES LA TUYA. Por lo tanto, mañana le dices al profesor o profesora que no los has hecho porque se te olvidaron y que no volverá a ocurrir.
– Pero tu me puedes ayudar con un simple mensaje al grupo de los padres de la clase.
– Sí, pero como te he dicho, ya han sido varios días y eres tú la responsable. Puesto que se te han olvidado a ti tienes que asumir las consecuencias de tus acciones y ser responsable. Yo no te pido que me recuerdes qué tengo que hacer en mi trabajo, si tengo que preparar un material para mañana, si tengo que hablar con una persona porque es importante… cada uno asume su parte de trabajo y con ello la responsabilidad que ello conlleva.
Para ser capaces de educar no debemos sentirnos malos pares cuando:
LO NUEVO ES FANTÁSTICO, BUENO, INNOVADOR, PERO NUNCA ESTÁ DE MÁS CONSERVAR VIEJAS PINCELADAS
¡Ánimo, confianza y reflexión!