Ya hemos hablado en anteriores ocasiones del éxito ligado con el TDAH y vimos algunos ejemplos de personas diagnosticadas que han alcanzado el éxito en sus campos de trabajo; Einstein; Phelps ß . Ver más aquí. Pero… ¿cómo lo han conseguido?
La autoestima juega un papel fundamental en la consecución de este objetivo.
¿Qué entendemos por autoestima? Es una parte de la personalidad donde se encuentran los sentimientos que tenemos hacia nuestro propio ser. Estos sentimientos pueden ser buenos o malos. Dependen, en gran medida, por el autoconocimiento; autoaceptación; autoevaluación; autoconcepto y autorespeto.
De esta manera nos damos cuenta de la importancia que tiene la autoestima. Puesto que es el centro del desarrollo de la persona para alcanzar la plenitud tanto mental como física. Las personas con TDAH tienen más dificultades para desarrollar una alta autoestima. Por ello es importante trabajar una serie de estrategias y habilidades con profesionales que les ayuden a conseguirlo.
Sólo cuando ellos tengan una buena autoestima, y esta sea real, podrán alcanzar todas las metas que se propongan con esfuerzo y apoyo de sus seres queridos.
Sin duda, a lo largos de los años de intervención con niñ@s y adolescentes que presentan este perfil, hemos obsevado que nos vienen con carencias en algunas áreas de desarrollo. Sobretodo aquellas que están relacionadas con estilos de aprendizaje. Lo cual genera en los padres la necesidad de priorizar todos los esfuerzos en torno al estudio. Sin embargo estos niñ@s necesitan afianzar la base emocional y socio-afectiva en primer lugar. Para que así puedan sentir que les interesa, les motiva, e incluso les gusta aprender nuevos conceptos o adquirir nuevas rutinas.
Un niñ@ y sobretodo un adolescente necesita conocerse a si mismo desde una postura o visión positiva. No sólo porque su entorno se lo atestigua, sino también porque el mism@ es consciente de que eso es posible y es real.
Dedicar un tiempo, antes de comenzar con una intervención, a asentar las bases emocionales permite al joven no sentirse una marioneta que llevan los diferentes agentes educativos de un lugar a otro. Sino como alguien consciente de su evolución, de sus deseos o expectativas. Con lo cual termina a la larga por favorecer una autoestima destinada a lograr el tan merecido éxito para él/ella.
En algunas ocasiones los padres no somos conscientes de estas necesidades debido a diferentes circunstancias como las prisas y la rutina. Sin embargo, en cuanto se practica unos minutos al día, se palpan y observan los beneficios de estos nuevos hábitos. Y se crean modelos colaborativos en varios aspectos de la vida.
Los profesionales psicopedagógicos que ayudan a nuestros hij@s a vivir con el TDAH y no para el TDAH realizan sesiones para padres/madres en torno a este tema. Para ofrecer dentro de la psicología sistémica modelos altamente eficientes.