Tartamudez, Disfemia…Es frecuente encontrarnos con niñ@s que, entre los dos y los cinco años, empiezan a tartamudear, tienen disfluencias: repiten palabras, sílabas, titubean, alargan las vocales…. También ocurre que tienen periodos o días más fluidos que otros y que cuando se ponen nerviosos tartamudean más.
La mayoría de estos niñ@s pasarán esta etapa de tartamudez sin ninguna secuela, la tartamudez desaparecerá en pocas semanas o meses. Otras veces este periodo de tartamudez se alarga más tiempo y la familia empezará a preocuparse. Muchos consultan al pediatra o al profesor y la mayoría de las recomendaciones se basan en “esperar…a ver si se le pasa”, “decirle que hable más despacio”, “es normal, no hay que hacer nada”. Los padres dejan pasar el tiempo, hablan con otros padres que les cuentan: “mi hij@ también tartamudeó y se le pasó sin hacer nada”, o “métete en Internet en tal página que hay unos ejercicios buenísimos”.
La mayoría de los niñ@s dejan de hacerlo de forma espontánea, pero es aquí donde el papel de los padres y su contexto juegan un papel importante para su pronóstico y recuperación ya que a medida que el niño va creciendo, las pautas o acciones erróneas pueden ser contraproducentes, provocando que estos errores en el habla se mantengan y se cronifiquen.
Cuando es tu hij@ el que empieza a tartamudear, no sabes si estará dentro del grupo de los niñ@s que superarán esta etapa sin más, o si estará dentro del porcentaje de niñ@s que mantienen las disfluencias.
El logopeda no trabajará con el niñ@ directamente, sino con los padres y el entorno más cercano al niñ@, dando unas pautas acerca de cómo deben actuar en los momentos de disfluencias. Igualmente, el logopeda podrá evaluar cómo son las disfluencias del niñ@ y si son preocupantes o no. Es muy importante estar bien asesorado porque cuanto antes se detecte y se actúe, más fácilmente se podrá solucionar el problema.
Es de vital importancia acudir al logopeda y realizar una evaluación del habla y el lenguaje para ver qué factores podrían estar interviniendo en ese nuevo patrón de habla y evitar en todo lo posible su generalización. El tratamiento y pronóstico de la disfemia, va a depender de la fase en la que se encuentre, estando comprobado que el tratamiento es más efectivo en las primeras etapas ya que el niñ@ aún no es consciente del problema y no hay factores que agraven y cronifiquen el nuevo patrón de habla.En las últimas etapas de la disfemia es frecuente encontrarnos dificultades psicológicas asociadas a la hora de hablar,por lo quesería recomendable realizar una evaluación desde esta área con el fin de valorar el contexto global del niñ@.
Lo más importante es:
…aprenderemos que la tartamudez, disfemia es una alteración del lenguaje que afecta a su fluidez. Entre las alteraciones más significativas encontramos prolongaciones y repeticiones de fonemas, numerosos bloqueos y pausas en el discurso.
La tartamudez, disfemia es un trastorno de la comunicación basado en alteraciones en la fluidez del lenguaje. Se trata de un trastorno que se origina generalmente en la infancia. Y en el que no existen problemas en la capacidad de habla ni en la competencia del sujeto con ella, sino en su puesta en marcha. Este problema no es debido a enfermedades; problemas neurológicos; ni déficits sensoriales o intelectuales.
El síntoma más visible es la existencia de repeticiones de palabras o partes de palabras durante el discurso. Así como bloqueos y prolongación de los sonidos. El habla se vuelve poco fluida y con interrupciones. En algunos casos, se usan circunlocuciones de manera que altera la estructura de las oraciones para impedir la percepción del problema en la fluidez.
Nuestra formación se basa en ofrecer la metodología que entendemos que es útil y necesaria para comenzar a intervenir.
El alumn@ conocerá ejemplos prácticos para la realización del diagnóstico e intervención de situaciones de acoso escolar. Nuestra formación se basa en ofrecer la metodología que entendemos que es útil y necesaria para comenzar a intervenir.