La Disgrafía y Disortografía hacen referencia a problemas en el aprendizaje de la expresión escrita.
Aunque un niñx puede manifestar ambas dificultades a la hora de escribir, son dos cuadros diferentes. Tanto en su sintomatología como en su intervención educativa o tratamiento. En Mar Navas analizamos las diferencias entre disgrafía y disortografía y vemos cómo abordarlas.
A grandes rasgos, podríamos decir que la diferencia principal entre un alumnx con disgrafía y otro con disortografía reside en la legibilidad de la grafía (letra). La escritura del primerx es indescifrable en su trazado y composición del escrito. Mientras que el dibujo de la grafía de un niñx con disortografía puede ser correcto, legible, pero su expresión escrita es ortográficamente errónea.
Es clave para la detección precoz de estas dificultades en el aprendizaje de la escritura y la pronta intervención. Tanto la disortografía como la disgrafía van a interferir en el rendimiento escolar del niñx y en el aprendizaje del resto de materias.
No obstante, sería un error diagnosticar con disgrafía o un disortografía a un niñx menor de 6 o 7 años. Aunque algunos alumnxs finalizan el ciclo de infantil leyendo y escribiendo, no todos tienen el mismo ritmo madurativo. El aprendizaje y desarrollo de la lecto-escritura es objetivo del ciclo de Primaria. Con el inicio en los primeros cursos, no antes.
La evaluación psicopedagógica es el pilar sobre el que diseñar un programa de intervención educativa adecuado al alumnx. Incidiendo en los errores que comete habitualmente.
Tanto la disgrafía como la disortografía pueden desencadenar en problemas de aprendizaje e, incluso, fracaso escolar. Por eso es básico saber detectarlas a tiempo y que los docentes cuenten con la formación y recursos necesarios para poder abordarlas.
Así pues definimos ambas para una mayor comprensión de lo qué son cada una y la diferencia:
Se utiliza para designar el trastorno de la escritura que afecta a la forma o al contenido y la manifiestan niñxs que
Como características disgráficas se señalan dos tipos de síntomas relacionados. Los primeros, denominados signos secundarios globales, comprenden la postura inadecuada; soporte incorrecto del instrumento (lápiz, bolígrafo, etc.); mala presión del mismo; o velocidad de escritura excesivamente rápida o lenta. Por otra parte, los síntomas específicos, ponen su atención en elementos del propio grafismo como gran tamaño de las letras; letras inclinadas; deformes; excesivo espaciado entre letras o muy apiñadas; enlaces indebidos entre grafemas; letras irreconocibles y; en definitiva, texto de difícil comprensión.
Por tanto, la disgrafía es un trastorno de tipo funcional que afecta a la calidad de la escritura del sujeto. En el trazado o la grafía. El niñx presenta un nivel de escritura significativamente inferior al esperado por su edad y curso escolar. Y ello influye negativamente en sus aprendizajes escolares. Los problemas más frecuentes observados son: la inversión de sílabas, la omisión de letras, etc.
Existen dos tipos de disgrafías:
Se trata de una dificultad en la escritura cuya característica principal es un déficit específico y significativo de la ortografía normalmente asociada los trastornos lectores.
Cuando la disortografía aparece como déficit específico en ausencia de antecedentes de un trastorno específico de la lectura. No siendo explicado su origen por un bajo nivel intelectual ni problemas de agudeza visual o escolarización inadecuada se denomina trastorno específico de la ortografía.
La disortografía presenta distintos niveles de gravedad que oscilan entre uno leve y otro grave. El grado leve se manifiesta por omisión o confusión de artículos; plurales; acentos o faltas de ortografía; debido a desconocimiento o negligencia en las reglas gramaticales. Se considera grave cuando existen dificultades relacionadas con la correspondencia fonema-grafema y aparecen errores de omisión, confusión y cambio de letras, sílabas, palabras, adiciones y sustituciones.